Pocos lugares en el mundo tienen el encanto de Venecia, la ciudad de los canales. Un destino donde los vehículos de ruedas no tienen cabida, siendo prácticamente peatonal. Un escenario cuyos palacios, iglesias, plazas y cafés conforman una obra teatral exquisita. Con los venecianos como actores, los gondoleros como banda sonora y los turistas como público afortunado.
Conocida también como la ciudad del carnaval, es uno de los rincones más pintorescos del planeta. Todo en Venecia es poético. Navegar por el Gran Canal, ver anochecer desde el puente de Rialto, admirar las vistas desde el Campanile, maravillarse con los colores de Burano o tomarse un spritz (famoso cóctel local) de aperitivo.
Aquí nació uno de los viajeros más famosos: Marco Polo, el primer explorador que viajó a Oriente y a China en el siglo XIII. Contágiate de las ganas de conocer mundo con Venecia. Aquí te dejo sus 10 visitas imprescindibles.
Qué ver y hacer en Venecia
1. Recorrer el Gran Canal
Si llegas por agua desde el aeropuerto, ésta será tu puerta de entrada a Venecia. Y, ¡qué entrada! Ver pasar ante tus ojos los palacios y basílicas a orilla y orilla del canal, atravesar por debajo el Puente de Rialto o contemplar las terrazas de los cafés. No hay mejor bienvenida, ¿verdad?
Visto desde el aire, el Gran Canal es una enorme “S” invertida que corta la isla de noroeste a sureste en diagonal. Esto lo convierte en la mejor vía para cruzar la ciudad. De ahí que esté abarrotado a cualquier hora, ya sea de vaporettos (los autobuses acuáticos), embarcaciones privadas o góndolas. Una buena manera de comenzar a entender por qué se llama a esta isla la ciudad de los canales.
2. Andar por el Puente de Rialto
Es el más antiguo de los que cruzan el Gran Canal. Y un emblema de Venecia. Sus orígenes se remontan en el año 1181. Primero fue un puente colgante, después de madera y tras sufrir un incendió en 1514, se reconstruyó con piedra de istria.
Resulta curioso que, hasta el siglo XIX, fue el único lugar por donde cruzar el Gran Canal de una orilla a la otra. Por eso se convirtió en una de las zonas comerciales más importantes de la ciudad, una cualidad que aún conserva. El puente esta repleto de tiendas y tiene el mercado al lado, agradable de visitar por sus colores y olores.
3. Pasear en góndola por la ciudad de los canales
Aunque recorrer Venecia en góndola se ha convertido en un cliché turístico, no está de más probar la experiencia al menos una vez. Descubrir otra perspectiva de la ciudad, avanzando por su laberinto de canales con el canto de los gondoleros de fondo.
Ciertamente, es caro. Pero se trata de un espectáculo musical, paisajístico y técnico en la ciudad de los canales. Cada maniobra del gondolero para dirigir la barca, doblar una esquina o frenar, se convierte en un show.
4. Llegar a la Plaza de San Marcos
La zona más emblemática de la isla. Extraordinaria por su riqueza arquitectónica y cultural. Un espacio donde convergen los estilos de cada época vivida en Venecia. Entre ellos destaca el Campanile, la Basílica de San Marcos, la Torre del Reloj o el Palacio Ducal, más allá de museos y cafés.
Uno de los más bonitos es el histórico Caffe Florian. Eso sí, el precio de un café supera las dos cifras. Imagínate el resto…
5. Subir al campanile de San Marcos
Como buen amante de los miradores, la subida al Campanile de San Marcos fue una de las experiencias destacadas de la visita a Venecia. Poder contemplar toda la isla y alrededores desde las alturas, distinguir los seis sestieres que conforman la ciudad de los canales y sacar unas fotos de lujo.
Antiguamente, sirvió de faro para los barcos que llegaban a Venecia. Se desplomó en 1902 y tuvo que reconstruirse, siendo inaugurado diez años después.
6. Husmear por las callejuelas de Venecia
Venecia es de aquellas ciudades donde perderse no es un problema. Tarde o temprano encontrarás el camino correcto y, mientras tanto, descubrirás rincones que te dejarán boquiabierto. Avanzar entre estrechas callejuelas encantadoras, cruzar los canales por sus 438 puentes o entrar en alguna de sus tiendas en busca de las famosas máscaras de carnaval.
Entre todas las callejuelas destaca la Calleta Varisco, la más estrecha de Venecia. Se encuentra en el sestiere de Cannariego y mide unos 53 centímetros. La claustrofobia que produce encontrarse a medio camino y la obligación de cruzarla de lado, sin poder ver si alguien se acerca por el otro extremo, convierten esta experiencia en todo un reto. ¿Te atreves? Pues mete barriga y, ¡para adentro!
7. Visitar alguna de sus iglesias
Si hay algo que abunda en Venecia, eso son las basílicas e iglesias. Son un total de 148 esparcidas por los 16,9 quilómetros cuadrados que ocupa la ciudad de los canales. Como visitarlas todas es complicado te dejo un listado con las más destacadas.
La más visitada de todas es la basílica de San Marcos, ubicada en la plaza homónima. Enfrente se encuentra la isla de San Giorgio Maggiore, cuya iglesia también es bueno visitar. En el sestiere de San Polo está la iglesia de Santa Maria Gloriosa del Frari. En el de Castello, la basílica Santi Giovanni e Paolo y la iglesia de San Zaccaria. Y en el de Dorsoduro, la Iglesia Santa Maria della Salute y la Iglesia de San Sebastiano.
8. Entrar en sus museos
Para los amantes de los museos también os dejo una lista con los más destacados: en el sestiere de Dorsoduro están la Galerie dell’Accademia, el más conocido y visitado, el Ca’ Rezzonico Museo del Settecento Veneziano y la Colección Peggy Guggenheim Ca’ Venier Dei Leoni. También son importantes los dos de la Plaza de San Marcos: el Museo Cívico Correr y el Museo Arqueológico. Finalmente en el sestiere de Santa Croce encontrarás la Ca’ Pessaro Galería de Arte Moderno y Museo de Arte Oriental.
Más allá de Venecia…
9. Murano: maestros del cristal
Junto a Burano y Torcello, es una de las tres islas cercanas a Venecia más conocidas. Murano es particularmente famosa por la elaboración de vidrio. De hecho, hubo un tiempo en que las producciones prácticamente rozaban la perfección. En esa época la isla era una popular zona de veraneo, con grandes villas y cierta actividad literaria.
Actualmente, poco queda de aquel entonces. Las fábricas de vidrio han invadido casi toda la isla y lo ha pagado su encanto. Sim embargo, siempre es curioso pararse a visitar el Museo del Vetro.
10. Burano: ¡viva el color!
La expresión “una imagen vale más que mil palabras” cobra sentido con Burano. Podría dedicar párrafos tratando de contar por qué esta isla de pescadores me maravilló tanto, pero probablemente me quedaría en el intento. El festín de colores de sus casas, mezclado con los canales y los puentes de madera, forman un cóctel hechizante.
Sin duda, tendría un lugar entre las zonas más pintorescas del mundo. Burano es Instagram-friendly, oro puro para los amantes de esta red social. Más allá del color, la isla también es conocida por sus encajes que, como ocurría en Murano con el vidrio, se exportaban a todo el mundo.
INFORMACIÓN PRÁCTICA
Cómo llegar a Venecia
Hay vuelos con Vueling, Iberia y British Airways que llegan al Aeropuerto Internacional Marco Polo.
Una vez ahí, hay varias maneras de llegar a la isla de Venecia: en transporte público o cogiendo un taxi acuático privado.
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