¿Estás pensando en un plan dominguero con amigos? Te cuento cómo hacer una calçotada catalana. Si no sabes ni por donde empezar, aquí tienes algunos tips que debes saber para que salga una comida de rechupete.
Cómo hacer una calçotada catalana en 4 pasos
1. El CALÇOT auténtico
¿Sabías que el calçot debe su nombre a la manera de cultivar la cebolla? Se le va añadiendo continuamente tierra a su base para que, de esta forma, el calçot necesite alargarse para encontrar la luz. Ahí reside el secreto de su aspecto tan peculiar.
Este proceso se repite entre 2 y tres veces al año en la zona de cultivo, marcando así la temporada de calçots, que se extiende desde noviembre hasta mediados de abril.
¡Pongámonos manos a la obra! Si vas a organizar una calçotada, debes saber que existen dos técnicas para cocer este tipo de cebolla: clavarlos a un alambre y directos al fuego (un poco más complicada) o ponerlos sueltos directamente a la parrilla (más cómoda y rápida).
Antes de llegar ahí, deberás preparar el calçot. Córtale las raíces de cuajo y las hojas verdes por la mitad. Así ahorrarás espacio.
Una vez preparados, repártelos por la parrilla cuidadosamente y con amor. Ahora los mantendremos al fuego en llama viva. Cuando estén negros y tostados les daremos la vuelta para que se hagan por el otro lado.
Cuando estén hechos, envuélvelos en papel de periódico para que mantengan el calor y repártelos por la mesa para poder empezar el gran ritual.
¿A que suena fácil?
2. LA SALSA ROMESCO, cómo hacerla
No hay calçots sin salsa romesco. Y es que esta salsa original de Tarragona se utiliza para muchos platos, pero nunca sabe tan buena como en las calçotadas.
¿Te animas a preparar la más auténtica? Necesitarás:
6 tomates
2 pimientos del romesco o ñoras
1/2 cabeza de ajo
1/2 cucharada de pimentón dulce
Unas gotas de vinagre de vino blanco
15 g de almendras tostadas
15 g de avellanas tostadas
Pan tostado
Pimienta negra
Aceite de oliva
Sal
¿Tienes todos los ingredientes preparados? Pues sigue estos pasos y conseguirás la salsa romesco perfecta y tradicional:
Para empezar, te recomiendo escaldar las ñoras en agua caliente. Así te será más fácil separar la piel de la carne.
Mientras, aprovecha para calentar el horno a 190º y asa los tomates y los ajos con un poco de aceite de oliva. Mantenlos en el horno durante 30’aproximadamente.
A continuación pela las avellanas y las almendras e introduce 15g de cada una en el túrmix. Añade en el mismo recipiente el pimentón dulce y un poco de pan tostado.
Ahora toca sacar la carne de las ñoras. Intenta dejarlas limpias de semillas. Cuando termines, los tomates y los ajos ya se habrán asado. Incorpora los ajos junto con los otros ingredientes.
Saca la piel de los tomates (espérate un ratito para que se enfríen) y cuela su jugo para sacar las pepitas. Incorpóralo con el resto de alimentos y añade 1/2 cucharada de vinagre (es mejor que os quedéis cortos, siempre se puede añadir al final) y 3 cucharadas de aceite de oliva.
Solo faltará un poquito de sal, pimienta y….¡Dale al túrmix!
Finalmente, con la boca hecha agua y con un deseo vergonzoso de meter el dedo para probarla, permítete el honor de hacer la primera cata. Siempre puedes modificar lo que haga falta; más aceite, vinagre, sal, pimentón…
3. El arte de COMER CALÇOTS
Puede que sea la parte más complicada de todo el proceso, pero no te preocupes, aquí vale todo. Acabarás bien sucio, pero he ahí la gracia de las calçotadas.
Para quitar bien la piel del calçot, se debe presionar cuidadosamente la parte inferior y a la vez, estirar por arriba de las hojas. De esta forma quedan perfectamente pelados. Ya están listos para untarlos en la salsa romesco, pero… ¿cómo me lo llevo a la boca? He aquí la dificultad más colosal: mira hacia arriba, abre la boca y para adentro! No te apures si pierdes salsa por el camino, existen grandes baberos exclusivamente para calçotadas.
Y si quieres ser un catalán auténtico, te recomiendo beber el vino en porrón, pues sabe mucho mejor.
Y si a parte de los calçots quieres hacer carne a la brasa, puedes acompañarlos con butifarras y costillas y, como es muy común, con alcachofas.
4. La buena COMPAÑÍA
Si antes hemos dicho que no existen calçots sin salsa romesco, ¿qué serían las calçotadas sin un buen grupo de amigos? Es un plan perfecto para pasar un domingo divertido y diferente, preparar los calçots juntos, hacer la salsa, disfrutar del solecito y, en definitiva, pasarlo requetebién!
Si quieres saber más sobre los calçots, visita la página de turismo de Catalunya.
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